jueves, 6 de noviembre de 2008

Barack Obama: contradicción en la balanza


Todo son albricias. En plena crisis económica, occidente está encantado de conocerse después de la victoria de Barack Obama, como si todo hubiese pasado ya, cuando realmente lo peor está por llegar. En el interregno entre Bush y Obama sabemos que el presidente electo empezará a perfilar con sumo cuidado su futuro gabinete y lineas maestras. Estamos ante el mejor momento para hacer un análisis previo, un balance de los aspectos positivos y negativos de un 44º presidente de los USA que, de momento, es una gran incógnita, al margen de la ilusión cuasi-infantil que contagia (me incluyo).

He sintetizado en 7 cláusulas (no exhaustivas) que, como reflejo, tienen su lado tenebroso y su contrapartida luminosa. La balanza será múltiple e inestable, y se comportará de forma diversa en función de cada problema particular. Pero Obama deberá buscar el equilibrio, doquiera que este se encuentre.

LAS DUDAS

1) Ejecutivamente, Obama no tiene experiencia, pues no ha sido Gobernador nunca (tampoco Mc Cain lo había sido) y es un junior en el Senado, con lo cual todas sus propuestas de la campaña podrían quedarse en inventos teóricos, o al menos, será necesaria una increible precisión política para hacer compatibles sus diferentes apuestas. Para ello necesita a un Partido Demócrata que no está tan entregado a él como sus votantes.
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2) Es el favorito de todas las asociaciones y activismos (menos las feministas), lo cual ofrece, un perfil de presidente "hipotecado" con la opinión pública. Dicho de un modo churchilliano: tantos esperan tanto de él que pocos se van a dar por satisfechos, y habrá muchos para presionar. Irak, Guantánamo, la economía, el desempleo, el terrorismo, la sanidad... son muchos los frentes que tiene abiertos desde su campaña. Las expectativas van a ser su principal handicap, pues sus incondicionales esperan que saque al país de la crisis, le devuelva el liderato moral de Occidente, reinstaure el orgullo de ser americano y, de paso, acabe con el conflicto Palestino y descubra la cura para el cáncer. Demasiado, incluso para un hombre.
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3) Es lo que en los USA llaman "candidato express": ofrece grandes incógnitas con respecto a su ideología y dirección de muchas de sus políticas. De momento, sabemos cuál es su modelo ideal de país, pero no sabemos exactamente cómo lo va a lograr en la práctica, pues ya sabemos que las buenas intenciones no suelen ser suficientes.
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4) Ha fiado gran parte de su fuerza electoral en su carisma. Habla bien, es culto, emplea el inglés con exquisitez... y todo ello le ha convertido en el favorito de una nueva "minoría": la minoría intelectual. Profesores y alumnos universitarios han sido un granero de votos imponente para Obama (véase la votación por counties para comprobar que, incluso en estados conservadores, el color ha sido azul en las zonas académicas). Se identifican con él por sus opiniones. En teoría, una gran parte de estos votantes también serán muy críticos si se equivoca, y no serán pacientes si algunas cosas se retrasan, con lo que deberá ser cuidadoso para mantener una imagen dinámica.
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5) Los USA están increíblemente hipotecados. Habrá que ver cómo coordina sus pilares de inversión pública, subida de impuestos, respeto medioambiental y recuperación de una seguridad social con la dramática realidad de la crisis económica y de unas arcas federales muy endeudadas.
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6) Su (hipotética) política exterior es la principal incógnita. Sabemos lo que quiere lograr, pero no sabemos todavía cómo lo va a conseguir con los grandes problemas que tendrá: las relaciones con Israel van a ser ultrasensibles por su personal sensibilidad en los asuntos de la zona; el pretendido bilateralismo de China va a ser un escozor constante; el anacrónico embargo a Cuba va a poner a prueba sus convicciones; el mercado iberoamericano se ha revuelto con el crecimiento del comunismo bolivariano por doquier; Rusia-Putin-Medvédev (está todo dicho); y, por fin, las relaciones con Europa van a estar lastradas por el conservadurismo imperante en los gobiernos del Viejo Continente, e incluso países afines desde del punto de vista estratégico (Francia, Alemania) o ideológico (España, Gran Bretaña) van a llevarse algún disgusto, pues parece que están viendo en Obama una suerte de Santa Claus que, en ningún caso, va a ser la realidad. Según ha dicho Felipe González en TVE, para Europa es fundamental la unidad entre los países para refundar la estrategia transatlántica presentando una propuesta común, y es clave que la iniciativa sea europea, pero luego habrá que ver hasta dónde puede llegar Obama en sus concesiones.
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7) Entre todos los presidentes demócratas que han sido, Barack Obama ofrece la imagen más "colorada" y activista (proyectada, sobre todo, desde el exterior de los USA, dónde nos empeñamos demasiado en pensar que Obama es de izquierdas). Habrá que ver cómo coordina esta aparente tendencia a la izquierda con la linea general del Partido Demócrata, que será su principal herramienta gubernamental y que, sin embargo, no está especialmente unido entorno al presidente electo.

SUS BAZAS

1) Obama tiene en su mano a una clase política particularmente entregada a una causa común: la refundación y rejuvenecimiento de los principios de la Unión. La particular situación del país le ofrece la posibilidad de contar con los mejores gestores, tanto dentro de su partido (donde parece que no se ha puesto tímido a la hora de integrar a gente de Clinton como Susan Rice, John Podesta o Jason Furman) como fuera (Colin Powell estará casi seguro, y muchos apuestan a que dará un cargo no político a su rival electoral John McCain). Maneja a buena parte de los think tank del entorno de Washington, y ello le ayudará a ponderar sus decisiones.
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2) Su vínculo con el ciudadano americano es el más estrecho que se haya visto en mucho tiempo. Si lo emplea con la misma astucia y brillantez que en su campaña, podrá explicar a sus votantes los procesos en los que se embarque con mayor honestidad de lo que la sociedad americana está acostumbrada, especialmente tras ocho años de Bush. Con gran inteligencia, ya lo ha anunciado en su discurso de la victoria: ha advertido de que no acertará siempre, y habrá cosas más fáciles y rápidas de arreglar, y otras difíciles y lentas. Es muy inteligente, y sabrá sacar partido.
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3) Sus incógnitas le convierten en cierto modo en un presidente muy libre. Hay tantos aspectos sobre los que desconocemos su ideario que ello le facilita el privilegio de poder diseñar su ideología en función del momento. No es un presidente totalmente predeterminado, como lo era Bush (un becario hubiese podido hacer su trabajo durante sus dos mandatos, pues todos sabíamos lo que iba a hacer). De la misma forma que su equipo de campaña ha dibujado al milímetro su imagen de candidato, el Gabinete presidencial hará lo propio, perfilando la figura del Presidente Obama poco a poco.
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4) En cuanto empiecen las críticas (que obviamente llegarán), Obama deberá pasar un gran examen. No es lo mismo ser candidato que ser Presidente de los USA. Sin embargo, si sus principales líneas de actuación son sólidas (no necesariamente exitosas, sino sólidas) veremos crecer su prestigio de forma exponencial, porque su granero de seguidores en las clases cultas hará de altavoz de sus logros. Y además, la prensa está seducida por él. Puede convertir la tradicional unidad presidencialista de los norteamericanos en una baza para consolidar sus medidas.
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5) El [gravísimo y casi imposible de solucionar] endeudamiento del Estado puede ser un arma para Obama, si la sabe utilizar como pretexto de muchas reformas que, en tiempos de crecimiento económico, serían muy impopulares en los centros inversores. En un fantástico artículo de Foreign Policy recuerdan la dirección que debe tomar Obama: como Dwight Eisenhower dijo en una ocasión, “Si un problema no tiene solución, hay que agrandarlo”. Con una estrategia de conjunto, tendente a la solidez de un gran pacto mundial, se pueden atajar muchos de los problemas en este área.
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6) La popularidad del presidente electo fuera de los USA obligará a los mandatarios a "aprovechar" su mano tendida. Sería muy impopular enfrentarse a Obama, de la misma manera que era muy popular llevar la contraria a Bush (pregunten a Jacques Chirac). Tras ocho años de unilateralismo, el nuevo talante de la Casa Blanca va a ser recibido con sonrisas en casi todas las reuniones diplomáticas. Y con Israel... veremos. A la larga, el estado judío es consciente de que sus vuelos son bajos sin el apoyo norteamericano, por lo que quizás Obama pueda forzar la máquina en sus relaciones con Israel.
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7) Su tendencia izquierdista en un país genéticamente conservador, bien manejada, será útil para equilibrar buena parte de sus iniciativas. Dicho de otra forma, si toma decisiones conservadoras, por el mero hecho de venir de la Administración Obama, serán leídas en un tono progresista. Habrá más comprensión para muchas de sus políticas de la que ha habido para presidentes más alineados con sus Partidos.
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"Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción". Gilbert Keith Chesterton

5 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con estas cosas...pero creo que mantengo la esperanza de que todo lo haga medianamente bien y que,además, no se lo carguen que, sinceramente, es lo que más miedo me da.
    Me gusta este análisis

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  2. Didac: gracias por el comentario. Sobre la posibilidad de que acabe como JFK... creo que todo el mundo está pensando lo mismo.
    De todas maneras, sería en el extrangero, porque no veo a nadie en los USA cometiendo el que sería el magnicidio más estúpido de la historia de la humanidad: como que está el Imperio para cargarse al Palpatine de turno.
    Y la esperanza... es lo último que perder, ¿no? Medianamente bien lo hará, porque además tiene el referente de Bush... Vamos, que es un favor llegar a la White House después del pazguato: como si pones a Cañita Brava de telonero de Melendi, hasta parecerá bueno!

    Anonimis Prime

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  3. Estoy muy de acuerdo contigo primo, pero creo que en el caso de Obama tenemos un candidato por fin grande, un político de verdad y con talento. Es una corazonada.

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  4. La verdad es que el artículo es meticuloso y genial. Me ha gustado mucho y no estoy en desacuerdo con nada porque es un análisis magnífico. Ahora bien (y critico a Obama no a ti ni a tu artículo), su tanta legislación quería sacar, entonces es el legislativo su sitio y nop ha sacado nada de importancia. Barack Obama es un gran político porque ha pasado por la vida política de adultos como la luz por el cristal sin romperlo ni rayarlo, pensando desde hace 4 años en una sola cosa: la presidencia, de ahí que no asistiese a ninguna de las votaciones trascendentales del Senado.
    No podría no aceptar a la gente de Clinton, porque son los únicos demócratas que tienen experiencia en la rama ejecutiva, teniendo en cuenta que es un niñato y no ha tenido tiempo de formar su camarilla porque no ganó las primarias, Hillary las perdió estrepitosamente y encima le curtió para enfrentarse al P. Republicano.

    Hillary Clinton ha llevado a dos hombres a la Casa Blanca, espero que en cuatro años le toque a ella. Veremos.

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  5. Primo: cruzo dedos en favor de tu corazonada. De todas maneras, soy de los que piensa que los políticos occidentales son mejores de lo que normalmente opinamos los ciudadanos: son nuestros propios defectos y debilidades reflejadas en ellos lo que nos horripila (demagogia, simplismo, incluso la corrupción está en último término motivada por el votante).

    David: gracias por el comentario. Me interesaba especialmente la opinión del un bloguero a quien respeto por la calidad de sus textos y, además, Hillariano como yo. Entre meticuloso y genial, me quedo con meticuloso. Gracias por los piropos, me siento halagado.
    Sobre el legislativo en el que Obama es virgen: creo que estamos ante una reforma del concepto de político. Vamos hacia un mundo (occidental) donde primará el político sintético, grandes ideas, discursos que humedezcan los ojos de la gente... y que luego deje el trabajo de gobernar a otros. Obama será la prueba de fuego de este modelo, como Bush fue la prueba de fuego del modelo anterior: gobernante "pantalla", que simplemente asoma la cara para anunciar políticas organizadas por grupos de poder.

    Creo (deseo incluso) que lo que quiere Obama es ofrecer a su partido la posibilidad de una larga etapa. Hillary aún es joven, de manera que me parece que los tiros van por ocho años de Obama, con Hillary en el gobierno para "heredar" la presidenciabilidad dentro de dos legislaturas. El caso es que no se queme en su cargo gubernamental.

    I'm in the USA, cuando vuelva plasmaré mis impresiones.

    Saludos desde el anonimato,
    Anonimus Prime

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